jueves, 15 de junio de 2017

Personas rotas

Cada día me sorprendo más.
Me llama la atención que estén a la orden del día las separaciones, pero aún me resulta más curioso que la gente que comienza su " nueva vida" se centre en lo esporádico, lo pasajero o pasar el rato.
Y no critico en absoluto esta intención del que se queda libre, y decide comenzar de cero, pero a medida que voy cumpliendo años el " uso"  que se le da al cuerpo humano, en su estado más físico, sin tener en cuenta la sensibilidad o el alma....pues me enmudece y me crea cierta desconfianza.
Sí, desconfianza. Pero claro, está de moda.

He conocido a capitanes de barco que llevan el timón de sus vidas y después no son capaces de cuidar a una mujer, con lo imprescindible para seducirla.
También me crucé con ladrones de sueños, que tienen en su haber una lista de conquistas sin llegar experimentar la sensación tan maravillosa de la exclusividad cuando se encuentra el equilibrio.
Tuve oportunidad de tratar con estafadores de almas, los cuales se aprovechaban de la generosidad y la entrega...con el fin egoísta de ser felices por si mismos, a costa de los demás, sin importar hasta que punto puede llegar a menguar la felicidad de la persona con la que supuestamente la comparte.


Yo creo, que esas personas se creen completas y sin fisuras. Y ahí está el error. Porque la prepotencia y la arrogancia les hace sentir autosuficientes hasta el punto de llegar al egocentrismo.
 A mi me gusta la gente que se ha roto en algún momento.
Admiro a las personas rotas porque brillan, cuando al intentar recomponerse entienden que han perdido algunas piezas y lejos de rendirse, construyen siempre algo más y mejor. Y una de las ironías más grande es que las personas rotas, son las que más saben de la felicidad....ya que saben perfectamente que solo es necesario buscar nuevas razones para seguir adelante, para reconstruirse, intentar buscar nuevos horizontes, nuevos fines, nuevas metas...para dejarse encantar, para dejarse seducir...levantarse, recomponerse y seguir caminando.

Yo estuve rota alguna vez, y una de las satisfacciones personales más grandes que tengo es que supe levantarme, recomponerme, construirme, equilibrarme,... y seguir adelante.
Y ahora resurjo.
Y comienzo a volar.


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