lunes, 4 de octubre de 2010

Hablar por Hablar

Fue de la mano de Fina Torres, cuando por primera vez sintonicé la Ser una madrugada de invierno del año 2005.
Acababa de divorciarme y la soledad de mi habitación empezaba a incomodarme, que no a molestarme, pero sí a hacerse monótona.
Como si de un torrente de adrenalina se tratara, comencé a percibir la madrugada y disfrutarla haciéndome partícipe de las anécdotas, de los placeres, de los deseos, de los sinsabores, de la realidad de la vida cotidiana que cada oyente compartía en el silencio de la noche.
Llegó un momentos en el que la radio se convirtió en mi compañera de sueños, de ilusiones, de alegrías,de penas...
Madrugada tras madrugada,mi soledad se llenaba con las voces castigadas y sacudidas por el insomnio, transmitiendo sensaciones a veces divertidas, otras veces dolorosas, muchas otras en las que me sentía identificada y unas pocas en las que tenía que apagar porque el miedo me vencía. Había días en los que amanecía despertándome con el sonido de los avisos de noticias, llegaba a quedarme dormida con la radio encendida y eso me encantaba.
Me acostumbré a tenerla a mi lado como una fiel compañera y hacerme fan incondicional del programa. A veces entraba a intercambiar opiniones con los "chatines" cuando no tenía ganas de acostarme o no era la hora de que Morfeo me visitara.
Con Mara Torres y Cristina Lasvignes, creo que viví una de las mejores etapas. Fueron tres años en los que yo ya estaba concienciada de mi nueva situación, adaptada, madurando y asumiendo lo novedoso, haciéndome fuerte, soñando con mi firmeza, aplicando mi fortaleza, creándome una seguridad a la vez que les oía quejarse o compartir sus anécdotas o situaciones límites o no tan limitadas. Haciéndome fuerte como mujer, positiva, optimista, con integridad...mientras oía cada noche a un mundo lleno de problemas de mayor o menor dimensión. Cuando se contaban situaciones graciosas o divertidas, o cuando se relataban momentos de felicidad, la noche se convertía en una madrugada optimista, positiva, alegre...
Era cuando antes me dormía,seguro.
Las mejores melodías, las canciones que te transportan, las mejores letras, las que más me emocionan, las que más me hacen sentir... me las regalaron ellas, en Hablar por Hablar.
Ahora me acuesto oyendo a Macarena Berlín, la que me sigue erizando la piel( como lo han hecho las demás en su momento) cuando me dispongo a relajarme y dormir o no, cuando escucho sus primeras frases dando las buenas noches, presentando al equipo del programa y recitando un pensamiento de algún filósofo conocido o menos conocido, de algún poeta perdido, o simplemente de aquello que se suele decir que dicen otros "una vez oí..."

Gracias a todas las que habéis hecho posible que mi soledad en la madrugada sea deseada, sea soñada y sobre todo sea esperada y maravillosa.
En homenaje a todas vosotras...