martes, 22 de enero de 2013

Reflexión


Si por algo se caracteriza mi blog, es por mi propia personalidad.
Esta es mi casa, aquí entra quien yo quiero que entre, escribe quien yo quiero que escriba y participa quien yo quiero que lo haga.
En mi escala de valores,hay dos que son principalmente importantes; el honor y el saber estar;  y eso implica el no dejarme guiar por inquietudes que no tengan fundamento y que me hagan actuar con una forma de ser que no me pertenece.Dejando de ser yo misma. Me niego.
Cuando yo escribo algo en esta, mi casa, lo hago con todas las consecuencias...
Bien me dirija a ti, a ti o a ti también.
Si no quieres leerlo, tienes la plena libertad de darle  la X roja que aparece a la derecha, en la parte superior de esta pantalla.

Lo que jamás permito ni permiteré, es que en mi propia casa,( en este rinconcito que me pertenece desde que lo hice mío y abrí las puertas allá por  el año 2007, y que gracias a él me libero, me expreso, me desahogo, y pasó mis ratos de ocio siendo libre escribiendo lo que pienso) tenga que ponerme yo misma unas trabas, porque a ti, a ti o a ti... no te guste lo que estás leyendo.
Lo siento.
Esta soy yo.
Así me expreso, así lo pienso y así lo escribo.
Si te das por aludido, asume tu propia responsabilidad de las consecuencias que hayan podido ocasionar tu falta de respeto.

Detesto la mentira
El engaño, la mentira...es algo que jamás ha entrado en mi forma de ser.
Y las personas que engañan y mienten, tengan el motivo o la razón que sea para hacerlo, son personas cobardes, ya que no afrontan una realidad y no son capaces de aferrarse a una verdad antes de buscar soluciones mintiendo.
La mentira hace daño.
El engaño duele mucho.
Y más, cuando hay entrega incondicional por parte de la persona a la que se le miente.
No quiero en mi vida a personas que me regalan el oído con palabras y frases maravillosas, cuando después no son fuertes para afrontar la realidad y luchar con hechos, por lo que verdaderamente quieren conseguir en la vida.Tratando así de demostrar que las palabras no se las lleva el viento, y que con hechos se demuestra lo que se dice. Pero claro, si se miente y se engaña, eso es imposible hacerlo.



Sigo siendo quien soy, la misma de siempre a pesar de soportar el peso y la crueldad de la mentira confeccionada, maquinada, estudiada, organizada, premeditada...
Qué horror!! No puedo creer que existan personas así. Supongo que serán personas egoístas  ya que si mienten de una manera tan sucia, no han pensado en absoluto en las consecuencias que ocasionan ese tipo de engaños, a la otra persona.
A pesar de seguir entregándome por entero, sin condiciones, confiando desde el primer momento,sin necesidad de tener un ápice de picardía ni de maldad... me siguen engañando.
No aprendo.
Pero intentaré que esta nueva decepción me ayude a ser más fuerte y a luchar con fuerza por seguir siendo como soy.

Buena sí, pero tonta no.

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