
No se si los que me leéis habéis tenido la gran suerte de conocer el festival y su entorno, pero cada año que pasa congrega a más y más asistentes, y a medida que pasa el tiempo se está convirtiendo en visita obligada para todo aquel el admira la cultura dentro de un marco incomparable.
Por unos motivos u otros, nunca he podido disfrutar de ese ambiente iluminado por miles de velas, conocido a través de lo medios, pero del que aún no he tenido el gusto ni el placer de conocer en vivo.
Este año, resulta que Miguel Poveda se va a encontrar en el privilegiado lugar, justo un día antes de mi cumpleaños, y hace unas semanas, me estaba planteando darme ese capricho, deleitarme con el placer que despierta la garganta de este cantaor, y de paso, perderme por las calles de ese mágico pueblo, engalanado e iluminado en estos días de septiembre.

Y las casualidades de la vida, anoche justamente la magia se apoderó de mi alma.
Tal como suena.
Un mago tocó con su varita en los cristales de mi alcoba, y abrí las ventanas para dejarle pasar.
En el intercambio de sensaciones, salió varias veces a relucir " la luna mora".
Me dio las directrices necesarias para dejarme llevar. Y así lo hice y lo estoy haciendo.
Me estoy planteando iluminar una noche de septiembre, con la tenue y suave luz que regalan las velitas de la Luna Mora.
Soñaré...
1 comentario:
Ojalá puedas tener la oportunidad! Es mágica, maravillosa, asombrosa en fin podría decirte tantas cosas, a ver si este año te tocan otra vez con la varita mágica y vienes, aquí te esperaremos para q puedas disfrutar de unas de las noches y te dejes arrastrar x la magia de una de ellas...No te arrepentirás! Suerte!besos!
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