viernes, 16 de julio de 2010

SABINA EN MÁLAGA


Anoche, el maestro nos regaló un concierto lleno de magia en el Auditorio de Málaga.

Recuerdo que la primera vez que escuché al genio, tendría unos doce años, estaba cursando séptimo de EGB ( hoy día primero de ESO).La señorita Mari Luz, nuestra querida profesora de lengua, entraba en clase portando un radio cassette en una mano y unos folios fotocopiados en la otra.Se repartieron los folios y pude apreciar en el encabezamiento de mi folio “ Así estoy yo sin ti- Joaquín Sabina”
De repente me puse a leer, y me di cuenta que era la letra de una canción, pero no tenía ni idea de quien era el tal Sabina, ni mucho menos había oído nunca esa canción.Comenzaron a sonar los primeros compases del tema, y me entusiasmé. Me quedé prendada de una voz rota, rajada, pero a la vez melódica y bien hecha.
Nos iban a explicar ese día, la diferencia entre la metáfora y la comparación y aquella canción del genio, quedaría en mi memoria para siempre.
A raiz de ahí, comencé a interesarme por su música. Y es curioso que ventidos años después, haya tenido la oportunidad de acariciar su directo, mucho tiempo, pero nunca demasiado. Después de haber leído tanto sobre él y haber conocido parte de su vida, o más bien, haber conocido lo que él sólo quiso que se conociera.
El de Úbeda apareció ataviado con su inseparable bombín, acompañando su indumentaria con un chaqué haciendo contraste con camiseta negra y pantalón vaquero.
Extraordinario su nuevo disco, después de cuatro años sin grabar, que no sin escribir…está claro.Aderezando cada una de sus canciones, la introducción magnifica, entonando un monólogo adecuado y apropiado para la ocasión, el lugar y las circunstancias… rozaba la perfección.
Qué genialidad.
Mezclando melodías inigualables, fragmentos de otras inolvidables, interpretando, su puesta en escena…fabulosa. La de él y la de todos los que le acompañan.
Es el amo. No me cabe duda. Lo es y así lo expresa encima de las tablas y así lo transmite con su forma de cantar, de escribir, de acariciar la guitarra… de lucir su bombín…
Con su particular filosofía de vida, transmite lo vivido, envidiable en sus formas. Me extrañó que no hiciera una paradita para darle una calada a un cigarro, decían que lo había dejado por completo. No me lo creo.
Pero eso sí, su wisky le suavizaba la garganta de vez en cuando, cómo no.
Pasó a dar una lección de sabiduría con Chavela Vargas…cuando la puta Magdalena inundó el escenario de placer, se envolvió más tarde con una de las canciones de amor mejor escritas de los últimos tiempos…Contigo, haciendo el deleite de los presentes con La del Pirata cojo…o aún más emotivo, Y sin embargo, sentado con su guitarra y su saber estar.

Una noche inolvidable.

Estuvo cerca de tres horas en el escenario.Y lo bordó. ¡¡¡Qué categoría!!!
Un maestro. Un genio. El amo.

Joaquín Sabina.

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