Yo misma

Veamos.
De un tiempo a esta parte, me doy cuenta de que no paso desapercibida. ( ya me gustaría)
Y eso, me empieza a preocupar.....

Dicen en mi pueblo, " más vale caer en gracia que ser graciosa"

Pero es que yo no trato ni de caer en gracia ni muchisimo menos ser graciosa.
El que te señalen en el grupo, igual hasta me puede llegar a resultar algo molesto. ( señalar en el sentido más correcto y educado de la palabra, nunca con el dedo-por favor-)
Para ser sincera, no lo entiendo. Pero es que sería bastante complicado que yo, a estas alturas de mi vida, peinando algunas canas difusas propias de los treintañeros, me cuestione si mi forma de ser tiene algo que ver en todo esto.No me lo voy a cuestionar. No. Lo voy a afirmar y por tanto, a asumir.Claro que tiene la mayor parte de culpa....mi caracter abierto, mi capacidad para adaptarme a lo desconocido, supongo que son los mayores culpables de que me puedan tachar de "revolucionaria" ( que no de alborotadora- je-)

En fin.... eso de " capacidad de liderazgo" no es algo que me moleste, pero tampoco me agrada demasiado.
Si tuviera que cambiar mi caracter, mis maneras de actuar, mi forma de ser, de dirigirme a la gente, mi manera de mirar a los ojos cuando me hablan, mis risas de complicidad con la gente que aprecio y quiero, mi afecto y mi cariño expresado en el estado más puro a los que amo,mi sinceridad a la hora de opinar siempre por derecho, mi expontaniedad, mi profundidad, mi entrega........... creo que tendrían que fundirme de nuevo, porque eso sería practicamente imposible.
No me conozco enfadada hasta el punto de guardar rencor o de hacer leña del árbol caído, aunque sí que soy bastante crítica con ciertas actitudes que no me parecen adecuadas o correctas en determinados momentos

Alguien me dijo alguna vez;
-Defínete con una palabra.
-¿Sólo una?
-Sí, sólo una, por favor.
-Complicado....pero lo intentaré.

Después de buscar millones de vocablos en los rinconcitos de mi mente,que pudieran definir mi persona,encontré en aquél momento la que me pareció adecuada y que desde ese preciso instante se convirtió en la verdadera palabra para definirme.

AUTÉNTICA