domingo, 23 de abril de 2017

Pensar en mi

Me encontré este interesante texto esta tarde, divagando por la red...
Me parece digno de mi Sur.
Además, justo ahora, en esta etapa de mi vida en la que he decidido;
 " pensar en mi"

Tenemos metido en el núcleo de nuestras células que ser egoísta es malo. Nos lo trasmitieron nuestros queridos padres y madres con todo su amor y nos caló hondo. De hecho a las personas sumisas se las suele calificar como buenas. “Nunca dice que no, siempre está dispuesta a ayudar… ¡es tan buena!”, se suele decir. Lo que nuestros padres no nos enseñaron son los peligros de la sumisión. Si somos sumisos, los que nos rodean pueden acabar dando por supuesta nuestra entrega. La ven como algo tan normal y natural que no la valoran. ¿Cuántas madres se han entregado completamente a sus hijos, sin vivir su vida y acaban llenas de rabia por no sentirse correspondidas?

Claro que tenemos que querer a los demás, si no nos damos afecto y ayuda entre nosotros, vivir sería insoportable. La clave está en el equilibrio: si damos mucho nos vaciamos y no tenemos nada más que dar. Así que tenemos que mirar hacia nosotros, llenarnos, mimarnos… ¡Practicar el Egoísmo Sano! Eso es lo que deberíamos ir aprendiendo. ¿Y en que consiste? Algo tan sencillo como, a veces, difícil de conseguir.

“El egoísmo sano consiste en respetar las propias necesidades y sentimientos aunque los demás no lo hagan. Sobre todo si los demás no lo hacen”.






Y que nadie lo interprete mal. No me estoy refiriendo a que debemos pasar de cómo afectarán a los demás nuestras decisiones, lo que quiero trasmitir es que también debemos pensar mucho en nosotros, ¡tener en cuenta nuestros sentimientos! Nuestro corazón nos habla y no estamos acostumbrados a escucharlo.


Cuando cogemos un avión, la azafata nos instruye sobre cómo actuar en caso de emergencia. Una de las instrucciones es: “En caso de despresurización de la cabina, colóquese la máscara de oxígeno y respire normalmente”… Lo interesante viene después: “Si viaja con niños o personas mayores póngase PRIMERO su máscara y luego coloque la de sus acompañantes”. Si no podemos respirar, no podemos ayudar a los que nos rodean.


¿Moraleja?


 Si no somos felices, no podemos hacer felices a los demás.

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