miércoles, 13 de marzo de 2013

Dejando que el tiempo trabaje...

Es maravilloso ser consciente de que el tiempo y sólo él lo está poniendo todo en su lugar.
Si es cierto que ayuda a ver las cosas desde un punto de vista diferente, también enseña y se agradece que con su transcurso,  a mi me esté ayudando a ser una persona paciente.
Está claro, que a medida que el tiempo va haciendo de las suyas, la claridad de ideas que de por si inunda mi manera de pensar, va aumentando por instantes, que a veces me apetece controlar, y otras dejo que por si mismas, esas ideas claras, vayan causando estragos en los resquicios más insospechados de mi mente.
He llegado a pensar en algún momento que he podido tener el alma llena de colores con momentos tuyos ( como dice esa canción que tanto me gusta) pero desde luego, ha sido solo un pensamiento fugaz... porque claramente me doy cuenta de que mi alma esta vacía de esos colores.
Ya no existen en mi, ni siquiera tonalidades. Será el tiempo, de nuevo, que está actuando como debe.
Como confío tanto en él, quizás lo deje que me indique el camino que he de seguir.
Yo ya no me quedo en esta estación.
Continuo mi viaje.
La parada que en su  momento hice, me está resultando eterna. Llevo mucho tiempo sentada en el banco, esperando.
No me gustan las esperas sin haber visto de algún modo, un indicio que me aliente o que me ayude a quedarme aquí.
Voy a montarme en el tren, destino a la próxima estación.
Estoy segura de que lo mejor está por llegar.




No hay comentarios: