domingo, 25 de enero de 2009

El reflejo de la crisis

Hace un par de meses, me salpicó de lleno la situación laboral que se está viviendo en nuestro país.
Me despidieron de mi empresa, una promotora con 30 años de antigüedad, en la que ocupaba el cargo de asesora inmobiliaria.
Evidentemente, este sector ha sido de los más perjudicados, por tanto casi me podía imaginar que más bien temprano que tarde, me tocaría a mi. Y así fue.
Me lo tomé con filosofía, lo asumí y decidí tomarme un mes de vacaciones, de relax....para hacer cosas que no podía hacer cuando estaba trabajando.
Parte del día lo dedicaba a mi salud y a mi cuidado personal, gimnasio, sauna, natación...
La tarde la enfocaba en torno a mi hijo, para mi disfrute y el suyo, aprovechando intensamente el tiempo que compartíamos.
Un buen día, justo antes de las vacaciones de navidad, un correo electrónico me anunciaba la oferta de un interesante puesto de trabajo cerca de casa. Me llamaron.
Hice la entrevista y me fui a mi pueblo a pasar las fiestas con los míos, muy contenta pero con la incertidumbre y la duda de que pudiera ser yo la elegida.
El día 5 de enero, a punto de salir la cabalgata, recibo una llamada para citarnos y realizar la segunda entrevista. Se enfilaba el camino hacia el lugar esperado. Un paso más hacia delante.
Cuatro días después, me citan en Madrid, para empezar un curso de formación.
El puesto es mío.
Comenzaba así una nueva etapa.

1 comentario:

Unknown dijo...

enhorabuena

aunque sea lejos de la caleta

un abrazo