lunes, 12 de noviembre de 2007

Cumbres borrascosas

Las arenas movedizas se endurecen. Eso favorece mi impulso para alcanzar la cumbre. Pero hay borrasca en la escalada. Era de esperar......Es bien sabido que, después de la tempestad llega la calma, pero tengo que atravesar algunos bachecitos antes de llegar a la cima y alcanzar la luz que ayer divisé a lo lejos. El gris me está acompañando en el día de hoy. Me gusta. Anoche era negro.....hoy es gris.
Alguien que me importa, me dijo que el gris es un color elegante. La elegancia me acompaña en la abrupta montaña que escalo para llegar a la cumbre. Me hace ser señora. Me agrada. Esta mañana me adorné de el señorío que el gris me proporcionaba, junto a mis mejores galas....Me cimbreaba. Caminaba erguida. Con mi cabeza bien alta y sabiendo que el día se terciaba un poquito más claro que el de ayer. Sonreía.....no la blanca sonrisa de siempre, no.Sonreía en color gris.Pero yo misma me gustaba. Dí los buenos días a el señor que lava los coches junto a mi casa......y me dispuse a sobrellevar la mañana un tanto predispuesta, pero con los rescoldos de un mal día, de una mala noche......las ojeras pude taparlas con mi base del número cuatro, que siempre camina conmigo.

Esta noche veo un gris más clarito que esta mañana. Me siento mejor conmigo misma. Se van calmando las aguas. Las cumbres continúan siendo borrascosas, porque aún quedan nubarrones que espero me dejen ver del todo la luz que hay arriba. Mañana parece que han dado buen tiempo. Creo firmemente que volverá a salir el sol.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

SACÚDETE Y SUBE

Se cuenta de cierto campesino que tenía una mula ya vieja. En un lamentable descuido, la mula cayó en un pozo que había en la finca.
El campesino oyó los bramidos del animal, y corrió para ver lo que ocurría. Le dio pena ver a su fiel servidora en esa condición, pero después de analizar cuidadosamente la situación, creyó que no había modo de salvar al pobre animal, y que más valía sepultarla en el mismo pozo.

El campesino llamó a sus vecinos y les contó lo que estaba ocurriendo y los enlistó para que le ayudaran a enterrar la mula en el pozo para que no continuara sufriendo.

Al principio, la mula se puso histérica.

Pero a medida que el campesino y sus vecinos continuaban paleando tierra sobre sus lomos, una idea vino a su mente. A la mula se le ocurrió que cada vez que una palada de tierra cayera sobre sus lomos... ¡ELLA DEBÍA SACUDIRSE Y SUBIR SOBRE LA TIERRA!

Esto hizo la mula palazo tras palazo.

Sacúdete y sube. Sacúdete y sube. Sacúdete y sube!! Repetía la mula para alentarse a sí misma.

No importaba cuán dolorosos fueran los golpes de la tierra y las piedras sobre su lomo, o lo tormentoso de la situación, la mula luchó contra el pánico, y continuó SACUDIÉNDOSE Y SUBIENDO.

A sus pies se fue elevando de nivel el piso.

Los hombres sorprendidos captaron la estrategia de la mula, y eso los alentó a continuar paleando. Poco a poco se pudo llegar hasta el punto en que la mula cansada y abatida pudo salir de un brinco de las paredes de aquel pozo.

La tierra que parecía que la enterraría, se convirtió en su bendición, todo por la manera en la que ella enfrentó la adversidad.

manguara dijo...

ojala hoy haya salido el sol.