Me hace pensar, me ayuda a soñar, me regala vida...y eso me agrada.
Es como una llama que acaba de encenderse y que no quiero que se apague. La cuido en la lejanía, la mimo e intento que la llama siga candente allá dondequiera que se encuentre.
Tuve la oportunidad de sentir el calor cercano de esa luz, de esa llama,....y desde aquel momento, una serie de tormentosas dudas y de inalcanzables sueños se acumulan en mi mente.
Voy a intentar colmarme, una vez más, de lo que no tengo y tanto deseo..."la paciencia"
Acompañada de lo que poseo, mi gran fortaleza, voy a tratar de proteger el último halo de esperanza que ha llegado a mi vida.....- esa luz, esa llama-............Tu.
1 comentario:
Difícil equilibrio entre la paciencia y la velocidad del impulso... ¿Esperar a que pare el tren o subirse a él en marcha?
Y esto pasa en todas las facetas de la vida: ¿investigar o publicar?, ¿enseñar o examinar?, ¿llegar tarde o no llegar nunca?...
Y lo más paradójico, que la luz no es paciente, no hay nada más rápido que ir a la velocidad de la luz...
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